Consejos para la piel atópica

¿Qué características tienen las cremas para piel atópica?

La utilización de una crema para piel atópica adecuada es indispensable para reducir la gravedad de esta afección y contribuir al alivio de los síntomas. Las cremas diseñadas para este fin cuentan con ciertas características que las hacen especiales para la dermatitis atópica.

Entre las más utilizadas se encuentran las emolientes, las cuales tienen una composición que ayuda a mantener la piel hidratada, lo que aporta suavidad y flexibilidad a la piel a la vez que se evita la sequedad.

Propiedades de las cremas para la dermatitis

Algunas cremas se limitan a ser hidratantes, por lo que sus propiedades están orientadas a mantener niveles de hidratación sanos en la piel. En el caso de las emolientes también se conservan las propiedades hidratantes, pero cuentan con el beneficio extra de que también ayudan a calmar problemas de la piel como picores o sequedad extrema.

Estos beneficios son obtenidos debido a que las propiedades de las cremas emolientes actúan ayudando a restaurar la barrera protectora de la piel, favorecen la producción de lípidos, retrasan la evaporación del agua y ofrecen una importante carga nutricional.

Tipos de cremas emolientes para la dermatitis atópica

Dentro de la clasificación de cremas emolientes existen dos tipos de cremas de acuerdo a la emulsión de su formulación: emolientes lipófilos y emolientes hidrófilos.

Lipófilos

Este tipo de emolientes se caracterizan por su difícil absorción, la cual es consecuencia de que en ellas el estrato córneo se mantiene unido al agua. El estrato córneo es la capa más externa de la parte de la piel denominada epidermis y al mantenerse unido se impide que se evapore.

A nivel de textura son similares a los aceites, ya que estas cremas contienen una fase externa oleosa.

Hidrófilos

En este caso la acción más importante es la hidratación, tal y como permite intuir su nombre. Por tanto, se caracterizan por ofrecer una fácil absorción. Su textura en la fase externa es acuosa, similar a la de los sorbitoles, glicerinas o alcoholes, entre otros productos.

Beneficios de las cremas para la piel atópica

Cuando se utilizan cremas como las antes mencionadas se pueden obtener beneficios de elasticidad, suavidad, nutrición y rehidratación. Esto se ve reflejado en que ayudan a calmar la irritación gracias a sus propiedades protectoras.

En esencia, las pieles afectadas por la dermatitis atópica obtienen un importante apoyo nutricional que ayuda a mejorar sus defensas ante las agresiones externas. Como resultado, la inflamación puede reducirse, la descamación se vuelve menos intensa y se obtiene adicionalmente una sensación de frescura.

Cabe destacar que no todas las cremas son iguales. Algunas son cremas de uso diario y se centran en cumplir una función de cuidado personal. Asimismo, algunas pueden tener propiedades antibacterianas como un beneficio extra.

Por otro lado, pese a que son capaces de aportar muchos beneficios, no garantizan la desaparición de la dermatitis atópica, ya que se trata de simples productos cosméticos.

En el caso de la crema Brote de atopia de Halibut como producto sanitario, está indicado para aliviar los síntomas de la piel atópica. Sin embargo, debido a que esta enfermedad es de carácter crónico, tras utilizar dicha crema los síntomas pueden pasar a un ciclo de recesión y volver a aparecer en el futuro.

Por ello, la función de las cremas cosméticas está más centrada en reducir los factores de riesgo que pueden incrementar las posibilidades de desencadenar un nuevo brote de dermatitis atópica, mientras que los productos sanitarios se centran en actuar directamente sobre los síntomas.

¿Qué diferencias hay entre las cremas hidratantes y emolientes?

Ambos tipos de crema son similares, pero no son idénticas. Las emolientes están diseñadas para contribuir a la nutrición de la piel dañada por sequedad, independientemente de si se presenta como resultado de enfermedades o agentes externos. Además, tiene propiedades calmantes.

Por el contrario, las cremas hidratantes son más simples y su única función es hidratar la piel seca. En consecuencia, las cremas emolientes son recomendadas para los casos en los que existe algún factor que pueda hacer que la piel presente más resequedad de lo normal.

Si no existen factores inusuales que afecten a la hidratación de la piel, puede ser suficiente con aplicar una hidratante de uso diario para darle a la piel cuidados adecuados.

En este sentido, es muy importante fijarse en el estado de la piel cuando se va a decidir cuál es la crema por la que se va a optar. La forma en que actúa una crema puede variar si presenta prurito, atopías, sequedad o si, por el contrario, está completamente sana.

Merece mención especial el caso de los bebés, ya que su piel es especialmente sensible. Por ello, solo se recomienda usar cremas con ellos en los casos en los que hayan sido diagnosticados con piel atópica.

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